Este mes, en diciembre, decidimos cambiar el chip. Somos crafter, si, pero también nos gustan otras cosas.
Con motivo de las fiestas de navidad, como somos muy fiesteras, decidimos organizar un taller que se sale de lo común, de lo que hacemos siempre. A todo el mundo le gusta traer invitados a casa, ¿o no? Y a todo el mundo le gusta tomarse una copita o algo después de las copiosas cenas navideñas, ¿o no? Y a todo el mundo le gusta quedar bien con sus invitados, y que alucinen y disfruten con la comida y, por supuesto, con la copa de después.
Padres, madres, maridos, tíos, sobrinos, hermanos, primos, amigos... A todos ellos teníamos en mente en este taller.
Y... ¡Quieres decirnos de una vez lo que hicísteis, pesada! Estaréis diciendo...
Vale... Pues bueno, decidimos hacer un taller de coctelería.
¿A que mola, eh!?
Para este taller contamos con la colaboración de César, un crack de la coctelería, que nos cedió su tiempo y nos abrió las puestas de su magnífico pub para que nosotras, un grupo de locas, aprendiéramos un poquito (lo básico) para dejar a nuestros invitados con la boca abierta.
Tras la amena parte teórica, en la que descubrimos el origen de la coctelería, y la importancia de los detalles para sacarle el máximo partido a nuestros licores; empezamos la parte más divertida y la más esperada... La parte práctica.
La elaboración de los cócteles nos tenía fascinadas a todas... Todo el mundo se ha hecho alguna vez una copilla, pero esto es de otro mundo, en serio... Es fantástico, nada que ver con el kalimocho malo de las fiestas de mi pueblo (¡Qué exagerada puedo ser a veces!)
Para mí, mi favorito fue el mojito, es el más fácil de preparar, es el más intuitivo, no tiene medidas...
Si a estas alturas no os habéis enterado de que las medidas y la precisión no va conmigo, deberíais repasar las entradas anteriores de mi blog para comprobarlo.
El mojito es una bebida de ensayo y error, y si encima le añades que me a mi me encanta el ron pues... Ya tenéis mi bebida favorita jejeje
También hicimos margaritas, y un delicioso cóctel con Baileys que me encantó. Fue una mañana estupenda, me lo pasé genial y aprendí un montón. Descubrí todo un mundo nuevo para mí y eso no tiene precio.
Sí, se salió de lo normal, de lo que estamos acostumbradas, pero fue una experiencia magnífica que me encantaría repetir en otra ocasión (quizás deberíamos preguntarle al cocinero del pub si nos hace un mini taller de tapas o hamburguesas). Por que no todo son lanas y telas...
Termino con una foto de grupo de las felices participantes del taller.
Fue un placer veros de nuevo, chicas.
Espero que os haya gustado.
Un saludo
0 comentarios:
Publicar un comentario